San Nicolás de los Garza.- 12 de Abril de 2025 El Clásico Regio 140 no fue solo un partido, fue un episodio digno de película. El Estadio Universitario se convirtió en un auténtico volcán en erupción con un derbi cargado de tensión, emociones y drama: Tigres se impuso 2-1 a Rayados, llegó a 50 Clásicos ganados en la historia y se metió de lleno en zona de Liguilla directa. La noche terminó con seis expulsados, un penal polémico y una afición que rugió hasta el último segundo.
La noche se pintó de rojo. Diego Lainez y Guido Pizarro fueron expulsados por los felinos; mientras que del lado albiazul vieron la roja Oliver Torres, Germán Berterame, el auxiliar Germán Lux y el preparador físico Jorge Rey. Un partido que por momentos fue más lucha que fútbol, pero que dejó claro quién manda en la ciudad.
Sergio Ramos, símbolo de jerarquía, se estrenó como goleador en su primer Clásico Regio, y lo hizo en medio del caos. Al minuto 47, Lainez cometió penal sobre Nelson Deossa y fue expulsado por doble amarilla. Ramos tomó el balón, encaró el arco, hizo su clásica pausa y definió con clase al poste izquierdo, mientras Nahuel Guzmán intentaba desestabilizarlo con su show previo al cobro. Rayados se adelantaba, pero aún había historia por escribir.
A pesar del golpe anímico, Tigres reaccionó con carácter. Sebastián Córdova apareció – en los últimos minutos del partido- con un riflazo desde fuera del área para igualar el marcador, y más adelante, Nico Ibáñez se alzó por los aires para rematar de cabeza y marcar el 2-1 definitivo que hizo explotar al Volcán.
Antes del caos, el primer tiempo había tenido sus momentos clave:
Al 23’, un centro peligroso de Antuna fue apenas desviado por Andrada. Al 39’, Lainez intentó sorprender desde fuera del área, pero el balón se fue a tiro de esquina. En el agregado, al 45+2, Joaquim Pereira sacó un disparo potente que exigió una gran atajada de Esteban Andrada. El arquero de Rayados también se lució minutos antes con una desviada tras un remate potente dentro del área.
Al 73’, el partido volvió a incendiarse con una infantil expulsión de Germán Berterame, quien fue amonestado por reclamos y no se contuvo, ganándose la segunda amarilla en cuestión de segundos.
Tigres terminó el partido con 54% de posesión, 11 disparos al arco y una actuación que lo devuelve a la conversación grande, en puestos de clasificación directa. Rayados, en cambio, se va con más dudas que certezas y una fractura emocional que se acentúa en el momento menos oportuno.
El Clásico fue una guerra, pero en esa guerra, Tigres supo resistir y golpear cuando más dolía. Y con un estadio rugiendo al final, no queda duda… esto, esto fue cine.