Por: José Carlos Campos
1 de Julio de 2025
Nos resulta algo complicado redactar la presente entrega ya que de alguna manera, está dirigida a no golpear a lo que llamaremos “la conciencia gremial” pero por otro lado, intentar sacudir la supuesta visión del empresariado que aglutina a los dueños de clubes de la Liga (antes) Mexicana de Beisbol, un conspicuo de grupo de personajes a quienes, suponemos, alguien los hizo quedar muy mal el pasado 26 de Junio.
Los hechos, muy en concreto, se dieron en la ciudad de México al calor de que se realizaría la llamada “cena de gala” previo al juego de Estrellas y motivada por la celebración del 100 aniversario del circuito veraniego.
La cuestión es que la LMB no invitó a los medios y al menos especificó (a los pocos a quienes notificó) de que no estaban invitados y que si iban, serían tratados como hijos de vecina; sin lugar preferente, sin cenas ni tragos. Aquí aplica eso de que “bajo aviso no hay engaño”. Aún asó fueron algunos al festejo y resulta que les cumplieron: a los colegas asistentes los ubicaron lejos de la parte “fancy” del show, es una especie de corral atrás de las rejas divisorias y para amenguar el hambre se les dio una especie de “box lunch” que contenía, entre otras cosas, una especie de “torta del chavo” y unas frituras (Cheetos y/o Fritos). Poco fitness, ¿no?
Ante ello, la molestia y el enojo por el evidente desdeño, por el mal trato y el asomo de desprecio. La prensa beisbolera se percató que a final de cuentas, resulta algo meramente utilitario en la visión de los directivos.
CARTA– Los detalles y las reacciones en cadena no se hicieron esperar, varias decenas de periodistas beisboleras de muchas partes del país se unieron en el reclamo y de ello emanó la decisión de elaborar una carta dirigida al presidente de la LMB para, de alguna manera, hacerle saber del reclamo del gremio. ¿Qué se puede esperar como reacción por parte del directivo?
En la citada van implícitas las preguntas, casi como dudas, de si ¿habrá estado enterado De la Vega del proceder “institucional” para este caso? ¿De quién sería la idea de poner fuera de la fiesta a la prensa? ¿Fue meramente accidental o enteramente a propósito este acto de desprecio?
Porque nada hubiera sido mejor que la propia LMB hubiera establecido que la dicho “cena de gala” era privada, para puros invitados y que no habrá nada de prensa. ¡Ahh! pero la tendencia es que lo de hoy en día es ser creador de contenidos (como si la prensa no lo fuera), “influencer” (como si los periodistas no lo fuéramos) y en lugar de “ratings” ahora son los likes.
A ellos, trato de VIP, alfombra roja y caravanas; a la prensa lunch al que nada más faltó su tutsi de sabor.
HERENCIAS– En la carta-casi reclamo que firmamos los casi 80 abajo-firmantes faltó, tal vez, dejar establecido algo parecido a un “mea culpa” que debió ser compartido. Mucho hablan de que “hace años) las cosas eran diferentes, que la liga atendía a cuerpo de rey a los periodistas, que en todo se esmeraban para tenerlos contentos. Eran otros tiempos.
La cultura del “goyete” se inició en los años Setenta con aquella camarilla radicada en el entonces DF y que se afirmó en los Ochenta cuando Pedro Treto Cisneros los hizo “cómplices” a base de sobres y canonjías. Dinero, viajes ATP, comida y bebida, incluso (nos consta) ayuda para guardarropa. Todo fuera por la sumisión y la cero crítica.
Las convenciones del béisbol eran ocasión para las comilones y las borracheras pagadas; para dejar correr versiones de conveniencia, para amarrar lealtades y comprar silencios. La prensa era la aliada segura, los periodistas los “seguros servidores”.
Llegamos a este siglo con excepciones reforzadas, con periodistas convertidos en gangsters, expertos en extorsiones (“si no pagas, te pego”), en busca-patrocinios chuecos (“vendes mi revista y te doy menciones”)… la tradición se hizo subcultura.
Pero ahora las redes parecen mandar, el influencer no habla de béisbol, no sabe ni se interesa, pero mencionada el show, habla del espectáculo, que referirse a los fuegos pirotécnicos es para los directivos (así lo parece) más rentable de explicarle el juego a las nuevas generaciones de aficionados.
Eso es lo que la carta de los periodistas quiso decir de fondo, quejarse con razón por el desprecio y la discriminación. Y lo más seguiro es que la LMB responda: lo sentimos, esto pasará”.. hasta la próxima vez