Por: José Carlos Campos
3 de Septiembre de 2025
SONORO– Tal vez sea obligado borrar por un instante el cúmulo de experiencias y vivencias en la que nos tocó coincidir con Benjamín Gil cuando su paso como pelotero activo, él desde el terreno, nosotros desde el escritorio. Desde sus acusaciones de “chivato” hasta su tácita aceptación de que podíamos estar y atestiguar.
Pero ante todo, debemos decir que nada de lo que se diga sobre el tijuanense llama a la sorpresa, nada causa asombro. De alguna manera sigue siendo el “chavo” que llegó al béisbol mexicano desde su posición como gran prospecto de los Rangers de Texas pero al mismo tiempo, el tipo que habla sin reparos, incurriendo seguido en estridencias, que seguido se va de paso pero que transpira béisbol por todos sus poros. Benjamín Gil es por ahora un “haber” muy preciado de la pelota nacional.
Al instante, se ubica como el único manager mexicano instalado en la eterna postemporada de la liga (antes) Mexicana de Beisbol luego de que los tres restantes son extranjeros aunque en el caso de Lorenzo Bundy debería aparecer entre comillas luego de que lleva años, muchos, dirigiendo en México, casado con una mexicana y hablando un español que y atiene muy poco de ser “machucado”.
Hasta antes del tercer juego de la serie contra Sultanes, los Charros tenían ventaja de dos juegos, tal vez agitando un poco los pronósticos que en la víspera se inclinaron por los regios, instalados en la final de zona con la figura de “mejor perdedor”. Por lo menos en los dos primeros choques, celebrados en Guadalajara, la capacidad del dirigente local quedó en evidencia.
Veremos cómo la va en Monterrey.
DETALLE– Hablando de timoneles, muy comentada la estrategia utilizada por el manager de los Piratas de Campeche, Daren Brown, quien en la noche del martes quedó dentro de la hipótesis de ser un genio por una estrategia que le resultó de maravilla. Caso contrario hoy estaríamos comentando lo contrario.
Con el juego empatado a dos (tercer juego de la serie) con Arístides Aquino corriendo por tercera base sin out en la en la parte alta de la novena entrada, Brown tomó su riesgo: ordenó llenar las bases con pasaportes intencionales a José Marmolejos y Julián Ornelas, llenando las bases sin out. El relevista zurdo
Zac Rosscup procedió entonces a dominar a Carlos Pérez con rola a segunda base para conseguir el out forzado en home (el primero de la tanda) y enseguida forzar rola de José Rondón para doble play para así salir milagrosamente sin daño en el inning.
Las buenas estrategias son las que salen bien, la que entregan resultados positivos, Brown se arriesgó, le salió correcta y se la aplaude. El juego lo ganaron los Piratas 5-2 gracias a jonrón de Christian Ibarra en la parte baja de la décima con dos en base.
Así, los Piratas se pusieron 2-1 en la serie y provocaron “ñáñaras” en la ciudad de México.
RECUERDOS– Esto de las estrategias de managers nos hace traer a valor presente el recuerdo del juego del 8 de Febrero de 1986 en Serie del Caribe que disputaban Aguilas de Mexicali por México y las Águiilas Cibaeña por República Dominicana.
Con el juego empatado a 7 carreras por bando, corriendo John Kruk por tercera, bateaba Nelson Barrera quien tocó la bola en forma sorpresiva y así se anotó la del triunfo. La leyenda urbana ha hecho creer que el manager del equipo azteca Benjamín Reyes fue quien ordenó la jugada, algo que para su propaganda personal fue de mucho beneficio.
Pero años después, en una entrevista que nos concedió Nelson en Guaymas, nos dijo: “¡que va!, la “Pelona” ni se las olió, yo le hice una seña a Kruk, este se dejó venir y yo solo toqué”.
Y es que a veces, las estrategias surgen del ingenio del pelotero.
En fin..