Por: José Carlos Campos
9 de Septiembre de 2025
VÍSPERAS– Mañana inicia, por fin, la serie final de la temporada 2025 de la L(a)MB que será protagonizada por los Charros de Jalisco y los Diablos Rojos del México. Comenzará así la que quizás sea la semana que genere mayor expectación por el béisbol mexicano de verano en todo el año luego de un rol regular y una extensa postemporada que poco ha movido las aguas.
En la víspera, y conforme a los tiempos actuales, las miradas señalan al gran cúmulo de peloteros extranjeros que pueblan los rosters, poco que se advierta de mexicanos nativos que enciendan luces de “aquí estamos”. Ya se sabe que hoy en día, la liga es una torre de babel.
Pero entre una y otra cosa, la recomendación de siempre es que ojalá y se trate der una serie que ofrezca margen para devorarse de trozo en trozo y no sea juegos para atracarse de un solo bocado. Además, que no es mucho pedir, que sea un duelo marcado por el buen béisbol así sea que se suponga (y se anticipe) que se trata de dos clubes que llegan precisamente por lucirse jugando buena pelota.
Pero para nosotros lo que subyace de fondo es que esta confrontación por el título estará centrada en la batalla entre managers, entre Benjamín Gil por los Charros y Lorenzo Bundy por los Diablos, auténticamente, dos gallos ya muy jugados.
ESTRATEGIAS– Queda claro que ninguno de los dos timoneles va a sorprender, sus tácticas y estrategias son bien conocidas, ambos saben mover sus armas, saben del potencial de sus respetivos rosters y les gusta morirse en la raya con sus mejores hombres.
Tal vez Gil sea quien más conejos tenga dentro del sombrero, quien guste más de sorprender mientras que Bundy sea, dentro de lo que cabe, algo más “ortodoxo”, aunque luzca generalmente alejado de lo tradicional, sabiendo con qué elementos cuenta.
Que, si nos vamos a lo que flota por arriba, se especula (se supone, se estima, etc.) que los Diablos tiene un roster de mayor peso, que no por nada se llevaron la zona Sur de cabo a rabo con cierta facilidad así fuera que los rivales fueran, exceptuando tal vez a los Piratas, nada de gran calibre.
Aquí, en estas instancias, es cuando se descubre si el material importado (que en la LMB es la gran mayoría) confirman su peso específico, quisiéramos decir que si cumplen con eso de ser “refuerzos” pero lo cierto es que ahora ese adjetivo se le debe poner a los mexicanos, que son minoría.
Y sobre el pitcheo, todas las dudas habidas y por haber: ambas novenas no se pueden distinguir por contar con staffs de excelencia, ninguno cuenta con lanzadores “prime” y a tomar en cuenta que los probables siete juegos se llevarán a cabo en estadios favorables para el bateo.
Ojalá que todo sea poco a poquito, no para ser devorado de un solo bocado.
¡Alea jacta est!
PREMONICIONES– Se abrieron los campos de entrenamiento de los clubes participantes de la liga Mexicana del Pacífico al mismo tiempo de que van al alza las expectativas para los diez clubes participantes. Es tiempo de que surjan los buenos deseos e inicie la propaganda respectiva para vestir de charro a los respectivos rosters y se augure, lo menos, una larga duración a los managers.
A nuestro juicio, el error común es tratar de vaticinar sin contar con bases firmes porque eso de visitar plazas, aceptarles un café a los directivos (lo menos, porque un sobre no falla) para explotar el supuesto júbilo anticipado y dejar correr versiones de éxito anticipado suele resultar en fiascos difíciles de justificar.
Eso sí, la expectación es grande, como todos los años. Es bueno volver a ver pelota de invierno, sin “babeblismo” en extremo y reglas sacadas de la manga.
Que así sea.