noviembre 21, 2025

CARRUSEL | SI LA SEÑORA ESTÁ ENRABIADA, LOS MEXICANOS LO ESTÁN MÁS

Por Víctor Fausto Silva D.

Dándoles la razón a quienes en su momento la calificaron como “mecha corta”, la presidenta Sheinbaum está enojada. Y lo está con justa razón, porque su gobierno nomás no despega, con saldos funestos donde más se lastima a un país: un nulo crecimiento económico y una inseguridad cada vez más asfixiante.

Ya se le notaba irascible, pero en las más recientes “mañaneras” a raíz del asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, se le ve desencajada y con la mandíbula casi trabada del coraje.

Se nota que a duras penas se contiene, pero está enrabiada, lo que se consideraría entendible cuando las cuentas no le cuadran en cuanto rubro se analiza: el INEGI acaba de confirmar que en vez de crecer, la economía va en picada, súmele que en salud seguimos muy lejos de la cacareada Dinamarca, con enfermos en pasillos de hospitales por falta de camas y medicamentos aún insuficientes, con agricultores bloqueando carreteras exigiendo apoyos, y ¿qué decir de la violencia, que sigue desangrando al país de punta a punta?

La señora está justamente atragantada de rabia y –aunque obviamente no lo admita desde su palaciega burbuja rosita- también de impotencia, pero deja de lado que sus gobernados lo están más.

Para colmo de males, cegada a la menor autocrítica que la lleve a buscar rutas diferentes para tratar de salir del hoyo, la señora trae la mira chueca en busca de culpables.

Y su diagnóstico es una calca fiel de los que hacía su antecesor y mentor: la culpa es de cualquiera, menos de quienes gobiernan desde hace 7 años.

No importa cuántas décadas atrás haya que ver por el retrovisor: para escurrir el bulto da igual culpar a los conquistadores españoles, a Maximiliano y su pobre desquiciada Carlota; o a Porfirio Díaz, Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Fox, Calderón –éste como el Satanás versión mexicana-; o a la derecha, los Fifís, reaccionarios, los hijos del neoliberalismo, los traidores a la patria y cuanto gusten y manden.

Con mucho esfuerzo, pero la señora había venido cambiando sutilmente “la narrativa” divisionista de López Obrador, pero ya no aguantó y echó mano de las sobadas y gastadas frases y epítetos del macuspano: hablando del asesinato de Manzo, la antes ecuánime dama se fue con todo contra “los zopilotes carroñeros”, los “comentócratas” y “los enemigos del movimiento”.

Ya la perdimos. No está evaluando, razonando o actuando con la cabeza fría: ya no es la equilibrada responsable de la conducción del país; ahora pontifica desde la infalibilidad de una doctrina que se adueñó de la verdad absoluta.

Nadie más tiene la solución o las salidas más viables: sólo ella y los suyos, aunque vayan de tropiezo en tropiezo y de masacre en masacre.

Ya desbocada, arremete y censura desde el podio en el que se erige como fiscal, juez, jurado y verdugo, contra quienes se atreven a pensar diferente, o ¡herejes!, hasta proponer soluciones diferentes.

Ya con el mundo al revés, desde su realidad alterna, la víctima ya no es la sociedad agraviada y lastimada desde tantos frentes, no: la víctima son ella y su movimiento.

Con los nervios crispados como se le ve, nada más le falta emular a su gurú emitiendo un decreto de que “el que no está conmigo, está contra mí”, o auto flagelarse en el zócalo invocando aquella ridiculez del dictadorcete Hugo Chávez, copiada luego por López Obrador: “¡yo ya no me pertenezco, le pertenezco al pueblo!”, porque para las frases rimbombantes son muy buenos.

¿Qué quiere la presidenta, para aplacar su ira y para seguir maquillando la realidad? ¿Quiere el silencio cómplice?

Entre el aluvión de comentarios tras el asesinato de Carlos Manzo y las descalificaciones de la señora, alguien hizo un comentario lapidario en las redes sociales: “ahora nos quieren arrebatar hasta la capacidad y el derecho de indignarnos”. Y sí, así parece: no se les puede tocar con la mínima crítica, porque se desata el linchamiento público.

Sí, señora, está en su justo derecho de encorajinarse, pero trae la mira chueca a la hora de buscar culpables para soltar escopetazos: los medios de comunicación y quienes opinan en redes no hacen sino reflejar la cruda realidad que ven y padecen, pero que usted se niega a reconocer.

Se niega a reconocer un baño de sangre que no cesa, y que en el caso específico de Manzo, repetidamente les pidió apoyo pero lo dejaron solo en su lucha contra criminales de alto poderío, para salir luego con condolencias y pésames que no llevan a ningún resultado que al menos sirva de paliativo al dolor de los agraviados.

¿Cómo perdonar la ligereza y la burla del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla hacia el hoy occiso, a quien una vez le espetó: “Entonces qué, mi Presi, ¿a cuántos delincuentes ha abatido”?, cuando el alcalde se fajaba encabezando personalmente operativos con su escasa tropa policiaca.

No tienen, pues, ni pizca de vergüenza: en tres años y medio de su gobierno han sido asesinados en Michoacán 7 alcaldes, más otros funcionarios menores.

Y él tan campante haciendo chascarrillos, como tan campante sigue en Sinaloa Rubén Rocha Moya, al que desde hace buen rato deberían haber sacado del cargo a patadas.

¡Y todavía se dicen víctimas!

Este martes, Claudia Sheinbaum anunció el lanzamiento de lo que bautizó como “Plan Michoacán por la paz y la justicia” (le digo; les encanta los bombástico, lo rimbombante), pero cuando le pidieron detallarlo, la señora salió con que apenas lo van a definir.

Dijo que si no se anunciaba completo esta semana, “será a principios de la próxima”.

Bajo riesgo de que nos encasqueten el mote de buitres carroñeros, le diríamos que no se preocupe, no hay apuro, pues igual se ve que se lo está sacando de la manga. Puras ocurrencias, pues.

Eso sí: anunció el envío de fuerzas federales a Michoacán. Igual que en el incendio de la tienda Waldo’s en Hermosillo: ahogado el niño –aquí asesinado Manzo- hay que tapar el pozo.

En medio de tanto desgarriate, tiene razón Claudia Sheinbaum en lucir enrabiada e impotente, pero le guste o no, es su responsabilidad resolver los graves problemas que atraviesa el país.

Para eso se “vendió” y se hizo elegir –como lo hizo AMLO- y vendieron a su movimiento como una eficaz alternativa de gobierno, y para resolver los problemas aquí y ahora, no para pasársela echándole la culpa al pasado. Ya tienen siete años gobernando, ¿cuándo verán hacia adelante?

Y porque dijeron que eran diferentes, algo que para muchos –sin pecar de carroñeros- está viéndose bastante lejos…

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