noviembre 21, 2025

RINCÓN BEISBOLERO | LO QUE HA CAMBIADO AL BEISBOL

Por: José Carlos Campos

12 de Noviembre de 2025

AMAÑOS.– Ya no de manera tan imperceptible, se está apreciando que el beisbol cambia no solo por gustos y caprichos a los que hoy se considera “impostergables” (además de necesarios), sino por factores no tan exógenos como la paulatina y creciente vinculación del deporte con el submundo de las apuestas.

Recién hace unos días se dio a conocer que los lanzadores Emmanuel Clase y Luis Ortiz fueron encontrados culpables de estar asociados con lo que se considera amaño de juegos, en el que ambos, se estableció, eran personajes centrales.

El monitoreo mostró que ambos lanzadores enviaron a home pitcheos considerados señales de que andaban en malos pasos, señales para que los apostadores tuvieran visos de por dónde se movía el agua, y todo fue por cantidades monetarias que a estas alturas parecen una bicoca (5 y 7 mil dólares).

La primera pregunta que nace es si es que estos dos peloteros —¿de cuántos?— estaban asociados (¿encadenados?) a una red más vasta, más extensa de corrupción. ¿Quiénes los engancharon?

Hay, al parecer, mucho más hilo que jalar; la madeja no creemos que se termine jalando apenas dos puntos, que se advierten poca cosa para lo que puede ser la magnitud de la situación.

PRESENCIA.– No podemos hacernos los ciegos: las Grandes Ligas han abierto las puertas para que casas apostadoras hagan acto de presencia, iniciando con patrocinios que, con el tiempo, han crecido en tamaño y cuantía. MLB lo celebra porque representan más dinero a la caja; las apostadoras, obviamente, buscan generar más ingresos por sus patrocinios.

Las autoridades buscan afanosamente cómo combatir lo ilegal, tratando de evitar tal vez el caso Taiwán, en donde es sabido que el beisbol se rige por las apuestas.

Y viendo desde lejos cómo están las cosas, más vale que en México se pongan las barbas a remojar, no vaya a ser la de malas que la tentación se vuelva canija y ligas o clubes den un mal paso; que crean que los apoyos que otorgan los gobiernos estatales ya no fluyen o que la lucha contra el narco frene la posibilidad de blanquear la lana… el dinero tiene que llegar desde otra parte.

No vaya a ser, lo decimos, no vaya a ser la de malas.

INDICIOS.– Para quienes no le hallen razón a que el Tucson Baseball Club por ahora sea un equipo peregrino, que esté actuando como local en casa ajena y que pareciera que no tiene casa propia, ahí tienen enfrente un factor que podría explicar las cosas: cuestión de días, parece, para que se ponga fin al cierre del gobierno de Estados Unidos y, con ello, retornen condiciones más ciertas para que el equipo ya se quede en la ciudad de Tucson, en el estado de Arizona.

Tema el cual, al parecer, se necesita explicar con peras y manzanas para que ya no sigan las especulaciones y hasta las aparentes críticas para la directiva de los ya Ex Mayos de Navojoa, reclamando la decisión de la mudanza y hasta animándose a criticar a los demás dueños de clubes por aceptar el cambio de plaza.

A veces suelen pasar situaciones que son complejas de aceptar, ya no digamos de entender.

APURO.– Ya que andamos con modernidades y cosas del beisbol de nuestros días, se nos antoja proponer que se instauren desde ahora nuevas estadísticas relacionadas con el tiempo, ya que, al parecer, con eso de atender a “las nuevas audiencias”, al mundillo del beisbol le agarró una urgencia porque las cosas fluyan rápido.

Esto es, que ahora no solo se registren récords de juegos de menor duración, sino que se amplíen a aspectos como: ¿qué pitcher lanzó menos entradas en menos tiempo?, ¿a qué hora más temprana se registró un batazo para definir un encuentro?, ¿cuál es la hora más temprana en que se ha cerrado un estadio después de un juego?

O proponer cambios de reglas al estilo de que, si un juego no termina a las tres horas de iniciado, se declare empate; o que, si dura más de tres horas, se reembolsen boletos… o algo parecido.

Y es que hay apuro, mucho, porque las “nuevas audiencias” tienen otra cosa qué hacer.

About The Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *