Por: José Carlos Campos
9 de Julio de 2025
Eran otros tiempos” es un cliché muy utilizado al que sigue el consabido “hoy son otros tiempos”, los lugares comunes que aplican en casi todos los aspectos. Por ejemplo, hace años (no muchos) las ligas de béisbol profesionales se desvivían por quedar bien con los medios de comunicación tradicionales (prensa, radio, TV) pero ahora, tiempos presentes, su interés al parecer está en atender de manera prioritaria a quienes hacen comunicación a través de las redes sociales.
Ni modo: tiempos traen tiempo, los planes de negocio se han modificado, no importan los “asegunes”, así parece ser el paradigma de nuestros días.
La L(a)MB, como buen ejemplo, es hora que no se ha dado tiempo para atender y responder la carta (digamos) protestas enviada por un grupo numeroso de periodistas por las desatenciones recibidas durante la cena de gala previa al juego de Estrellas. El desdén y menosprecio no se necesita aclarar, es evidente que ya lo pasado fue lo pasado. Se acabó lo que ya no nos sirve.
Ahora queda arriar con las mulas que nos dejaron.
ANTECEDENTES– De nada vale recordarle a la liga que su creación se debe en parte a un periodista, Alejandro Aguilar Reyes, “Fray Nano”, a quien más que a su labor promotora se debe el incipiente auge del periodismo beisbolero surgido en 1909 gracias al periodista Fernando Manuel Campos, “Fray Kempis”, de quien por cierto “fray Nano” se refería como su “maestro”.
Y recuperamos una nota del 16 de Diciembre de 1936 publicada en el diario “LA Afición” escita por Aguilar Reyes que bajo el título de “México obtiene el campeonato mundial de béisbol amateur” dice: “Hace muchos años, cuando FRAY KEMPIS me encaminaba en la no siempre grata profesión de escribir crónicas deportivas, o sea en 1918, a raíz de un juego en que un gran pelotero veracruzano -Antonio Delfín «Lañiza»- fue el responsable del triunfo, empezó su crónica: «Lañiza, tu solo nombre debería llenar la reseña de hoy».
Eran años cuando la gente leía sobre béisbol, cuando era más deporte que espectáculo y la actividad sobre el campo era noticia.
¿Ya ven? “Hoy son otros tiempos”.
¿ADVERSARIOS?– EL periodismo beisbolero del presente debe cuestionarse su labor, casi diariamente, si está enfocado a hacer lo que las audiencias desean saber o a seguir patrones de conducta que parecen estar desfasadas. La preocupación pareciera estar centrada en definir si es o no valorada su labor como vendedora del espectáculo (que no lo es) o ser un real difusor de la contienda competitiva en sí misma.
Las ligas y clubes tratan de seducir a “comunicadores” no importando que no ofrezcan calidad sustantiva del deporte, privilegian la calidad masiva del espectáculo. ¿Se explica lo anterior?
Y es que antes era preguntar sobre aspectos propios del juego, ahora es adentrarse en aspectos más mundanos, de más fácil “digestión”. Y es que hay que hacerlo breve y conciso; en lugar de preguntarle al pelotero si bateó una recta o un slider, mejor cuestionarle si le pone sal a sus huevos en la mañana o si le gusta Taylor Swift Los tiempos mandan.
Los “influencers” parecen haber entendido esta nueva realidad: elaboran contenidos sin sapiencia a los ojos del “purista” pero más accesible al entendimiento del aficionado profano. Al cliente, lo que pida.
Y ahí vienen los problemas.
GUSTOS– Si una liga, sus clubes, hoy apuestan por lo “moderno”, si atienden más la parte del espectáculo que del deporte, entonces los de la vieja guardia estamos fritos. Estamos en la época en la que lo primordial no es convocar gente al estadio y que aprenda de pelota: lo de hoy es asistir a una fiesta en la que sobran opciones de entretenimiento en donde además, hay un juego de béisbol, casi como “extra”.
Entender los tiempos nuevos que se viven en el deporte no es tarea complicada, es cuestión de ajustarse. Empezando por entender que desde hace rato, el periodismo beisbolero se ha convertido en algo utilitario, lo que ofrezca, se agradece… y listo.